jueves, 1 de octubre de 2015

Raviolis rellenos de gambones

     La pasta, esas maravillosas recetas que nos sacan de cualquier apuro, esa que siempre la tienes guardada o bien la puedes hace en 10 minutos para después disfrutar de grandes y sabrosos platos. Nunca algo tan simple como harina, huevo y sal, pudo hacer tan felices a tanta gente.

     Esta vez son unos raviolis rellenos de carne de gambones y acompañados con una salsa de tomate casera con el caldo hecho con sus cabezas, donde guardan toda su esencia.
Ingredientes:
10 gambones, 1 cebolla mediana, 1/2 c/s de harina, 1/2 vaso de vino blanco, sal, pimienta y aceite de oliva virgen extra AOVE.

Para la pasta:
300 gr de harina 00, 3 huevos, agua (opcional) y sal.

Elaboración:

     En un bol verter la harina, hacer un hoyo en el medio y cascar el huevo en él. Amasar un poco, salar y seguir amasando hasta formar una bola que no se pega en las manos. 

     Tapar con film transparente y guardar en la nevera como mínimo 30 minutos. Se parte en cuatro partes y se hacen cuatro bolas.
     Mientras reposa la masa, se pelan y pican las gambas reservando las cabezas y se pica finamente la cebolla.

     En una sartén con 2 cucharadas de aceite, se fríe la cebolla a fuego suave hasta que estén transparente. Se agrega la harina y se tuesta bien revolviendo. A continuación se le añade la carne de gambones picada y se rehoga un minuto para terminar echando el vino dejando cinco minutos hasta que pierda el alcohol.

     Se retira del fuego, se vierte en un bol metálico para que enfríe y se reserva.
     En una cucharada de aceite de oliva se fríen 6 cabezas de gambones hasta que cambien a un color rosado. Se le añade un poco de brandy y se flamean, luego se le agrega un vaso de agua templada y se cuece por espacio de unos 15 minutos. Finalmente, se presionan las cabezas para que suelten todo su jugo, se rehoga un par de minutos más, se cuela el caldo y ser reserva.

     Se pasa por la máquina o el rodillo de madera una bola tras otra, formando láminas de unos 2 mm de espesor aproximadamente. 
     Se extiende sobre la encimera de la cocina debidamente enharinado y se cortan tiras del ancho que se vayan a hacer los raviolis. Se coloca el relleno y se forman.
     Se cierran bien presionando los bordes con un tenedor y se cuecen en abundante agua caliente con sal. Se escurren y se sirven.

     Para acompañarlos preparé una salsa de tomate casera a la que le añadí el caldo de cocción de las cabezas.

     P.D. La receta de la pasta fresca me la dio un amigo cocinero italiano que era muy rígido con su elaboración, siempre me recalcó que por 100 gr de harina 00, se le añadía un huevo, esta era la fórmula que permitía que a la pasta no tuviera que añadirle agua, así que yo sigo las enseñanzas del maestro y cada cual al suyo.

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