La sopa de ajos o sopa castellana es uno de esos platos que algunos está deseando que llegue el invierno para meterselo entre pecho y espalda. Todo aquel que la haya probado sabe lo que digo, así como que es una sopa sencilla y exquisita, con de esas que, en cuanto te metes tres cucharada en la boca, comienza a subir un calor que da gusto, por lo tanto, no es aconsejable comerla en verano.
Ingredientes:
10 dientes de ajos, 70 gr de jamón serrano picado, 3 rebanadas de pan de hogaza, 1/2 c/c de pimentón picante, 1/2 c/c de pimentón dulce, 1 litro de caldo de carne, 4 huevos, sal, vinagre y aceite.
Elaboración:
Pelamos y cortamos en láminas los ajos. Cortamos en tacos las rebanadas de pan (mejor si es del día anterior).
Ponemos una olla al fuego con aceite y freímos los ajos hasta que tengan un ligero color dorado, luego añadimos el jamón y lo rehogamos durante un minuto.
A continuación incorporamos el pan damos un par de vueltas e inmediatamente añadimos el pimentón, revolvemos para que no se queme y se mezcle bien y por último añadimos el caldo de carne. Movemos un poco la olla de vez en cuando para que vaya emulsionando un poco y dejamos cocer a fuego lento unos 20 minutos.
Cinco minutos antes de que termine la cocción, ponemos al fuego un caldero con agua y llevamos a ebullición. Una vez que haya hervido, bajamos un poco el fuego, ponemos un poco de sal y un pequeño chorro de vinagre, partimos los huevos y lo introducimos en el agua y lo dejamos que se escalfe durante unos 5 minutos.
Una vez terminada la sopa la ponemos a punto de sal, incorporamos los huevos y servimos bien caliente.
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