Uno de mis platos preferidos, sencillo, económico y sabroso donde los haya. Plato para disfrutar en familia o con amigos alrededor de una mesa, acompañado de unos vinos o rones, una buena conversación o simplemente música. No necesitas decirle a nadie que se acerque a la mesa, porque tan pronto abras el recipiente donde tengas al conejo con el adobo, los olores harán que se acerquen y te den prisa para que empieces a freír.
Ingredientes:
1 conejo de 2 kg aproximadamente, aceite de oliva, sal y pimienta.
Salmorejo:
10 dientes de ajo, 1 pimienta picona, 1 c c de pimentón (picante o dulce, al gusto), 1/4 vaso de vino blanco seco, 1/2 vaso de vinagre, 1 vaso de aceite de girasol, 2 ramitas de romero, 2 ramitas de tomillo y sal.
Elaboración:
Lavamos, limpiamos de grasa y partimos el conejo en trozos no muy grandes, salpimentamos, lo introducimos en un bol amplio y reservamos.
En un mortero colocamos un poco de sal junto a los ajos partidos y machacamos hasta obtener una pulpa. Incorporamos la pimienta picada y la cucharada de café de pimentón y volvemos a machacar. Añadimos el vino, revolvemos para seguidamente añadir el vinagre y el aceite emulsionamos un poco y lo vertemos sobre el conejo. Le ponemos las hojas de romero y tomillo, tapamos con papel film y guardamos en la nevera, no menos de 10 horas.
Al día siguiente, en una sartén con abundante aceite de oliva freímos los trozos de conejo y vamos introduciendo en otro bol. Una vez todos fritos, le damos un hervor al salmorejo y lo vertemos sobre el conejo y es el momento de servir junto a unas papas fritas o sancochadas.
P.D. La foto es una tapita para un "pizco" de ron y como me gustó y da fe gráficamente de como queda, la puse.
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