Ya tenía ganas de meterme entre pecho y espalda un tartar como este. Según la leyenda, se le da este nombre porque los jinetes tártaros, para ablandar la carne y no resultara tan dura, la ponían entre la silla de montar y el lomo del caballo y, a medida que cabalgaban, se iba moliendo y ablandando lo que a posteriori resultaba una carne que podían masticar mucho mejor.
Con el tiempo, como todo, esta receta se fue mejorando por los profesionales de la cocina haciéndola que resulte un manjar para aquellos que les guste la carne cruda.
Ingredientes:
250 gr de secreto ibérico, 2 c/c de mostaza, 1/2 c/s de salsa de ostras, 1 pepinillo en vinagre, 2 cebollinos chinos, 2 c/c de vinagre de arroz, 1 c/s de aceite de oliva virgen extra (AOVE), sal y pimienta.
Elaboración:
Limpiamos el secreto de toda la grasa sobrante, lo cortamos con cuchillo en tacos pequeños, salpimentamos y lo introducimos en un bol.
Incorporamos la mostaza y mezclamos. Cuando esté bien mezclado hacemos lo mismo con la salsa de ostras.
Cortamos el pepinillo y los cebollinos en tacos pequeños, se lo incorporamos y volvemos a mezclar.
Añadimos el vinagre, mezclamos y por último el aceite de oliva.
Una vez tengamos el tartar emplatamos poniendo sobre un plato un aro y rellenamos, y servimos decorado con un cebollino.
P.D. El tartar tiene múltiples formas de hacerse, en este que presento aquí lo único que estaba buscando es que la carne no se enmascare mucho con los demás ingrediente y no pierda el sabor y creo que lo conseguí.